El punto de partida para someterse a un blanqueamiento dental es tener una boca sana

La salud de la boca es fundamental tanto en dientes como en encías, además se debe ser mayor de 18 años.

El componente central de los peróxidos es el agua oxigenada que quema los pigmentos del diente, igual que amarillea y aclara el pelo.

El peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida son las moléculas más utilizadas por los laboratorios y en ambos casos el oxígeno que desprenden es el que blanquea el diente.

“Quienes están capacitados para estos tratamientos son los dentistas que deben aplicar un producto agresivo sobre el diente, algo que requiere una supervisión directa” 

Óscar Castro. Presidente del Consejo General de Dentistas de España.

¿Qué dice la legislación española?

  • Una concentración igual o menor a 0,1% de peróxido de hidrógeno presente en los distintos productos bucales de venta directa al consumidor se considera segura.
  • Una concentración entre el 0,1 y el 6% y superiores al 6% de peróxido de hidrógeno es segura siempre y cuando se realice un examen clínico previo que garantice que no haya riesgos ni patologías bucales; que la venta quede restringida exclusivamente a los dentistas y bajo su supervisión directa; y que no se utilice en menores de 18 años.

Riesgos del mal uso

Sin el control de un dentista, utilizar un producto blanqueante de una concentración superior al 0,1% puede conllevar riesgos, el principal es la quemadura.

Las ofertas de aplicación de productos blanqueantes fuera de las consultas de los dentistas, como en centros de belleza, gimnasios, peluquerías… puedan causar graves daños.

Si deseas hacerte un tratamiento de blanqueamiento dental la forma más segura y efectiva de obtener buenos resultados es que lo hagas con tu dentista de confianza.

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